Siete

     Me gusta el siete, no lo puedo evitar. Cuando hago este plato, normalmente es para tres comensales y le pongo siete dientes de ajo. Hoy somos uno menos pero le voy a poner los mismos, todo sea que se coma el aroma de la pebrella.

     La pebrella (Thymus piperella) es una planta aromática autóctona de la sierra Mariola entre el sur de la provincia de Valencia y el norte de Alicante. También la utilizan mucho en la zona limítrofe de Albacete, de hecho los gazpachos manchegos la llevan. Pega muy bien con los guisos de aves de corral, pero a mí me gusta sobre todo en este plato.

PARA DOS COMENSALES



Pollo asado a la pebrella

2 bajos de pollo, muslo y entre muslo, o cuatro muslos
7 dientes de ajo
1 cucharada sopera de Pebrella seca


       Limpiamos y salamos el pollo, lo colocamos en una sartén antiadherente de fondo grueso. Pelamos los ajos y los añadimos, rociamos con un chorro generoso de aceite de oliva virgen y espolvoreamos la pebrella. Tapamos y ponemos a fuego fuerte para marcar el pollo, le damos la vuelta, marcamos y bajamos el fuego. Vamos dándole la vuelta a menudo para que no se queme, se trata de que se haga poco a poco asado. Mientras hacemos una ensalada con lo que da la huerta de papi, bueno los palitos de cangrejo y las olivas son compradas.



     Servimos hoy con un huevo de pato frito para acompañar y redondear la comida. ¿De dónde es el huevo? De la granja de los papis, menos mal que se jubilaron y nos proveen de exquisiteces. Romper con un trozo de pan la yema, naranja por cierto, mojar y llevártelo a la boca es el preludio del éxtasis.

     Hay un par de palillos chinos en el borde de la ensalada, porque en casa nos comemos la ensalada con palillos y así no perdemos bocado, ni tenemos que ir persiguiendo la lechuga por el plato, no se escapa nada. ¡Probadlo!

PD.: Los ajos no han sido demasiados, ya lo sabía yo,
el siete es el número de la suerte ;D

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